casa embrujada p2

Caminamos en silencio total evitando cualquier otro contratiempo hasta detenernos a las afueras de Gentleheid anunciando nuestra llegada con el estrepitoso tintinear de nuestras espadas y armaduras; Las afueras de una ciudad suelen reflejar la verdadera condición de su economía, pero estas en particular, revelaban una terrible decadencia, quizá anterior a la sequía que desde hace tres meses ha azotado estas tierras, Pequeñas casas de tela y madera vieja se yerguen a montones expidiendo cada una un aroma a suciedad humana.

La curiosidad me impulsa a acercarme a una de sus agujeradas paredes logrando distinguir una figura delgada, al punto de ser famélica de movimientos aletargados, el bronce de su piel poblada por pequeñas dagas rojizas, cuenta una historia de dolor, de traición, de desesperación, en la que el nombre de Jesus resuena a la par del crepitar del fuego y el rápido silbido del acero ahogado por los gritos horrorizados de un pueblo que se niega a morir, la nostalgia invade mi corazón junto con un profundo sentimiento de tristeza, al ver el dolor en su mirada que por un instante se encuentra con la mía, su rostro de facciones finas perdió toda la belleza y la vida que tenia en antaño, oculta bajo la desesperación, su expresión, carece de voluntad a tal punto que parece nunca haber poseído una, su vestimenta sugestiva, sucia y rasgada muestra los placeres ajenos que el hambre le ha forzado a complacer, siendo quizá también los verdugos de su voluntad, la furia le invade poco después de descubrir mi mirada y con un lastimero chillido y un violento ademan me echa del lugar haciéndome regresar con un suspiro de tristeza a mi realidad.

-Me retiro a tomar el testimonio del sobreviviente, ustedes vayan a revisar las casas atacadas anoche,- indica Saint alegre, ajeno a lo que le rodea para después ordenar a sus soldados que le sigan y los expertos a nosotros -estaré en el hospital de santa margarita a tres calles de la abadía de san Antonio, esperando un reporte de precisión impecable, después de todo para eso sirves ¿no indio?

-Si amo- digo de manera inexpresiva limpiando una gota medio seca de sangre que escurrió por mi garganta.

La furia de Ike lo hace permanecer en un poco acostumbrado silencio mientras yo me pierdo en mis pensamientos, la chica de aquella casa aun vaga por mi mente preguntándome el precio que vivir tiene para ella hasta llegar a la casa del herrero principal del pueblo. Varios de los expertos rodean la casa vacía y el área circundante en busca de algún indicio demoniaco mientras Ike y yo nos acercamos a ella acompañados por Antonio, un buen amigo de Ike y uno de los mayores expertos en demonología. El aroma que narra el relato no se compara en absoluto con el verdadero, es fétido y penetrante al punto de alterar el equilibrio por la náusea provocada.

Al acercarme al lugar un detalle llama mi atención, las huellas personas y carretas en la tierra de la calle apenas resultan visibles, como si nadie hubiese pasado por ahí durante un tiempo, solo un par de huellas humanas, botas quizá, provenientes de la casa, se dirigen a la ciudad, a su vez siguen otro camino junto con otro par, cuyo calzado no logro identificar y un fino rastro oscuro, quizá sangre, dirigiéndose a las calles abandonadas aledañas a la mansión; seguimos el fino hilo del rastro, cuyo grosor permanece inmutable conforme nos adentramos al lugar, acompañado por tres pares de manchas semicirculares cuya separación y forma concuerda con las huellas de la entrada; el rastro desemboca en un charco oscuro cual tinta en medio la sala de estar, sobre el cual reposa un brazo amputado, cuya palidez indica que lleva tiempo desprendido, justo al lado se encuentra una mesa de madera con una orilla recargada en el suelo y una espada clavada en la otra, la ventana cercana a ella se encuentra rota y hay varios vidrios esparcidos por el lugar, al recorrer el lugar no encuentro ningún otro indicio de lucha, ni siquiera una que otra salpicadura de sangre que pueda decirme algo más de lo ocurrido, una breve lucha seguida por una muerte rápida quizá con veneno o un golpe que generara inconsciencia inmediata quizá sea lo que sucedió.